BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

LIMITES

 ¿Es difícil para los padres poner límites?
 Por: Mari ángeles López Salon ________________________________________
 El tema de los límites volvió a rondar esta semana la mesa familiar. Casi todos los días mi hija almuerza en casa (el cole tiene doble escolaridad) y cuando la voy a buscar al mediodía muchas veces me recibe con la pregunta obligada: ¿Puedo invitar a una amiga a casa? Sabiéndolo de antemano, preparo comida para unas cuantas. Pero las invitaciones se hicieron cada vez más extensivas, con menú a la carta y muchos caprichos de mi hija. Entonces llegaron los límites, con visitas sólo determinados días y nuevas reglas de comportamiento. Cuando le planteé las pautas a mi hija, me di cuenta de que las estaba esperando. Me escuchó con atención, y las aceptó sin peros. ¿Es difícil para los padres poner límites? Responde la licenciada Eva Rotenberg, coordinadora de la Escuela para Padres en la Asociación Psicoanalítica Argentina: “Poner límites tiene que ver con el cuidado del otro y con enseñarle a cuidarse a sí mismo. Por eso en la infancia, mientras que el niño forma su personalidad y subjetividad propia, los padres deben marcar las pautas, como desde el horario para ir a dormir, el tiempo para la comida, los espacios para jugar, y así irán transmitiéndole una idea de la organización y del tiempo. Por supuesto que los padres lo pueden hacer si ellos tienen un cierto orden interno.” Sin embargo, no se trata de imponer durísimos límites externos. Ejercicio que recuerdo –e intento practicar- cada día, y a cada minuto, con mi hijo de dos años. Un verdadero desafío. “Esto se remedia con la interrogación acerca de por qué ese niño no ha podido internalizar pautas o los padres no han sabido organizarlas. Los padres deben interrogarse acerca de su falta de modelo interno, de su exceso de ansiedad, de sus miedos”, agrega Rotenberg. Además, remarca otra clase de límites: los que apuntan a que los hijos aprendan a tolerar cierta frustración lógica que, en un futuro, les permitirá fortalecer su voluntad. Una mirada interna que siempre conviene revisar.